Ya sea que nos sentemos en una alineación difícil, que juguemos nuestra primera partida en casa o que nos pongamos a jugar en nuestras mesas online habituales, estar en el estado de ánimo adecuado es crucial para el éxito. En cualquier juego de póquer, estamos expuestos a tal cantidad de información que a veces puede ser difícil saber dónde concentrarse.
- Conocer las reglas. A veces puede resultar sorprendente lo lejos que puede llevarnos un buen conocimiento de las reglas. Esto es especialmente cierto cuando se prueban algunas de las variantes de póquer más exóticas. Incluso en variantes relativamente comunes como el Omaha, las pérdidas iniciales pueden evitarse fácilmente si entendemos que siempre debemos utilizar exactamente dos de nuestras cuatro cartas ocultas al formular nuestra mano.
- Emplear una buena gestión del bankroll. A diferencia de muchos jugadores de póquer recreativos, los profesionales son siempre muy deliberados en cuanto a cómo invierten su bankroll. El objetivo es maximizar el crecimiento mientras se mantiene la probabilidad de quebrar por debajo de valores aceptables. No importa lo buenos que seamos en el póquer, sentarse con la mitad de nuestro bankroll es una receta para arruinarse.
- Manténgase alejado del tilt! Sólo en los últimos tiempos los jugadores profesionales han empezado a comprender la importancia de una mentalidad fuerte cuando juegan al póquer. Los márgenes son lo suficientemente pequeños como para que el “tilt” (jugar demasiado frustrado y enfadado) sea prácticamente inaceptable para un profesional.
- Conozca a sus oponentes. Tanto si jugamos en vivo como en línea, una información sólida sobre nuestros oponentes puede resultar muy lucrativa si se aprovecha de forma eficaz. En el caso de los jugadores en vivo, esto significa observar atentamente a los oponentes en busca de signos visibles de señales o patrones de apuesta. En el caso de los jugadores en línea, esto significa hacer uso de un HUD (Heads-Up Display) siempre que sea posible y hacer un seguimiento de las estrategias de nuestros oponentes a largo plazo.
- Empezar apretado y fuerte. Independientemente de la variante de póquer en cuestión, existe una tendencia muy clara entre los jugadores ganadores y la selección cuidadosa de las manos iniciales. Aunque es posible que un jugador muy flojo obtenga beneficios, la mayoría de los jugadores flojos pierden a largo plazo. Por lo tanto, maximizamos la probabilidad de obtener beneficios comenzando con un rango relativamente ajustado de manos iniciales, a menos que tengamos un muy buen manejo de una determinada situación.
- Piensa en rangos. Los jugadores de póquer novatos tratan de poner a sus oponentes en manos individuales, mientras que los jugadores profesionales fuertes piensan en términos de rangos de manos. Si el concepto de pensar en rangos es nuevo para nosotros, vale la pena investigar un poco más para establecer exactamente lo que esto implica.
- Busque la equidad de la puerta trasera. Los jugadores profesionales siempre detectan los detalles más finos en relación con su oponente. En el Hold’em, aunque no tengamos un empate directo en el flop, siempre deberíamos buscar qué equidad de puerta trasera tenemos disponible. Esto ayuda a planificar toda la mano desde las primeras etapas.
- Desarrolle una rutina de estudio. Los mejores jugadores no se limitan a jugar al póquer, sino que lo estudian activamente entre sesiones. Nuestro objetivo debe ser desglosar la variante de póquer que hayamos elegido en todos sus componentes respectivos y estudiarlos sistemáticamente.
- Poner el volumen. Aunque el estudio es crucial, no queremos estudiar a costa de poner volumen. Jugar un gran número de manos es un requisito previo para convertirse en un jugador fuerte.
- ¡Ama el juego! Una de las tendencias más claras que distingue a los jugadores ganadores de los perdedores es su actitud hacia el juego. Los que se meten en el póquer sólo por la promesa de obtener beneficios económicos tienden a agotarse o a desvanecerse. Cuando las cosas se ponen difíciles, se dan cuenta de que el póquer no les gustaba tanto y lo dejan. Aquellos que juegan al póquer por algo más que una recompensa económica son los que tienen más probabilidades de quedarse a largo plazo y ver finalmente un retorno de la inversión que merezca la pena.